RESPONDIENDO A UNA NECESIDAD

Durante la primera reunión del equipo de Charlotte Mason Iberoamérica de 2024, surgió la necesidad de abordar la educación Charlotte Mason para familias neuroatípicas (también conocidas últimamente como neurodivergentes). Por tanto, esta sección intenta dar un primer paso en suplir tal necesidad, compartiendo aquí los recursos que conocemos y que produciremos como comunidad, Dios mediante.

La neuroatipia implica condiciones neurológicas atípicas: abarca varias características neurológicas, sensoriales, comunicativas y sociales que son únicas al cerebro de cada persona.

De allí surgen las definiciones siguientes: las personas cuyo cerebro ‘funciona’ según lo esperado por la sociedad son consideradas neurotípicas; mientras que aquellas cuyo cerebro aprende, funciona o procesa la información de manera diferente a la mayoría de las personas, son llamadas neuroatípicas. [Fuente]

Dentro de las neuroatipias encontramos condiciones como: espectro de autismo, atención divergente (TDA), discalculia, dislexia, dispraxia, disgrafía, y el síndrome de Tourette, entre otros.

Desde la educación Charlotte Mason, nos interesa abodar el concepto de neuroatipia como:

«diferencias naturales en el desarrollo humano. De esta forma, cuando estamos fuera del ámbito clínico, nos alejamos de una visión puramente médico-reparadora, estimulando una interacción entre personas en la que las diferencias no se perciban necesariamente como un déficit. Esta visión tiene la ventaja de ayudarnos a observar las cualidades y características de otras personas sin juzgarlas como correctas o incorrectas. De esta forma, las personas neurodivergentes y neurotípicas pueden buscar formas de interacción que no se impongan desde arriba, sino que sean el resultado del intercambio y entendimiento mutuos». [Fuente]

Charlotte Mason enfrentó desafíos educativos similares a los nuestros, por tanto creemos firmemente que la educación tal como fue planificada y orquestada por Dios según las leyes naturales, puede producir excelentes resultados en el desarrollo y madurez de los niños, cualquiera sea la neurodiversidad que les es propia.

Lo que ella nos legó es una educación centrada en la persona del niño; es decir, que se puede adaptar a las capacidades mentales de cada niño; que contiene una libertidad intrínsica para adaptar sus principios al niño. Podemos, asimismo, estar atentos a la investigación y la ciencia que hoy tenemos disponible sobre neurodiversidad y utilizar las herramientas necesarias para suplir las necesidades de nuestros niños neuroatípicos.

A continuación, comparto algunas citas de su libro «Una filosofía de la educación», volumen 6 de la Serie educativa Charlotte Mason:

“Hacemos nuestro llamado no solo al niño inteligente, sino también al niño promedio, e incluso al niño “rezagado””. Pág. 9

“En nuestras escuelas se ha descubierto que cada niño es una persona que posee infinitas posibilidades. Digo cada niño, porque aquellos niños llamados “rezagados” no son la excepción”. Pág. 44

“Los maestros subestiman los gustos y las capacidades de sus alumnos. En cuanto a lo intelectual, los niños, incluso aquellos rezagados, tienen extraordinarias “posibilidades para el bien”, posibilidades tan grandes que si fuéramos inteligentes para dejarlos hacer como quieren, nos pasarían a llevar con la fuerza de un río desbordado”. Pág. 52

“El servicio que algunos de nosotros (de la PNEU, unión nacional de padres) creemos haber hecho por la causa de la educación es descubrir que todos los niños, incluso aquellos rezagados, están conscientes de sus necesidades y con una evocativa ansiedad por el alimento que necesitan; que no se necesita una preparación para este tipo de dieta alimenticia; que un vocabulario limitado, ambientes sórdidos, ausencia de una experiencia literaria no son obstáculos para el pensamiento; al contrario, pueden convertirse en incentivos para el aprendizaje, tal como lo es cuanto más hambriento es el niño, más listo está para comer”. Pág. 62

“La gente tiende demasiado a utilizar a los niños como fichas de juego, moviéndolos como se les antoja. Pero la imperiosa necesidad que nos aqueja hoy no es tanto de un mejor método educativo, sino de un adecuado concepto de los niños: niños simplemente como seres humanos, sean brillantes o lentos, precoces o rezagados. La excepcionalidad asume su realidad pero también lo hace la inteligencia “carente”, y tanto a éstas como a las demás, se aplica todo lo dicho en los capítulos previos. Nuestro objetivo es descubrir el gran misterio que una persona es por ser persona. Ya que la acción proviene de las ideas que sostenemos, si reflexionamos lo debido sobre la personalidad, nos llegaremos a dar cuenta de que la mayor ofensa que podemos cometer es dañar alguna capacidad, o desbaratar lo que sea de una persona”. Pág. 80

“Las sorpresas que nos deparan los niños poco despiertos e incluso aquellos “rezagados” son alentadoras e inspiradoras. Creemos saber que el ser humano es un ser que puede ser educado, pero cuando ofrecemos a los niños todo lo que desean, descubrimos cuán estrechos eran nuestros puntos de vista, cuán pobre y estrecha la educación que ofrecíamos. Incluso en los llamados niños rezagados percibimos: “Qué obra de arte es el hombre. . . Tomamos consciencia, ¡cuán semejante a un dios!””. Pág. 183

“El poder intelectual que entra en juego en primer lugar es, por supuesto, la atención, y todos los niños de cualquier edad, incluso el llamado niño “rezagado” parece tener un poder ilimitado de atención que actúa sin la necesidad de notas o calificaciones, premios, clasificación, elogios o culpas”. Pág. 255

“¿Qué tal si todo fuera para todos; si la gran esperanza de Comenio (“Todo el conocimiento para todos los hombres”) estuviera en vías de concretarse? Esto es lo que hemos comprobado en miles de casos, incluso en niños de inteligencia lenta y los niños rezagados, que cualquier persona puede entender cualquier libro del calibre adecuado (una cuestión a determinar principalmente según la edad del joven lector)”. Pág. 291