Formación del carácter

Volumen V de la Serie educativa Charlotte Mason

Estudios en torno a la formación del carácter

Título de la obra original: Some Studies in the Formation of Character – Volume 5 of the Home Education Series, escrita por Charlotte Mason, publicada originalmente en Inglaterra en 1904.

Traducción del Libro I realizada por Karina Briceño, colaboradora de la Comunidad de Educadores Charlotte Mason Iberoamérica.

Derechos de autor: Comunidad Educadores Charlotte Mason Iberoamérica © 2025. Versión protegida por el derecho internacional de derechos de autor, y no puede ser publicada ni copiada sin la autorización expresa de los traductores. Extractos y citas tomados de esta versión pueden compartirse dando el debido crédito a los traductores, y usando un enlace apropiado y específico hacia el contenido original.


Índice

PREFACIO

PARTE I: ALGUNOS ESTUDIOS DE CASO
I. El filósofo en el hogar
II. La inconstante Kitty
III. Bajo una nube
IV. El logro de Dorothy Elmore
V. Consecuencias
VI. La historia de la Señora Sedley
VII. Habilidades
VIII. ¡Que tenga “una feliz navidad”!

PARTE II: LOS PADRES EN CONSEJO
I. ¡Qué rescate!
II. ¿ A dónde iremos este año?
III. Los A-B-C-D’arianos
IV. Las reflexiones de un profesor
V. Hace cien años (A la mesa de la familia Clough, 10 de septiembre de 1990)

PARTE III. SOBRE LOS JÓVENES Y LAS JÓVENES
I. En cuanto a los niños y las niñas en edad escolar
II. En cuanto a las jóvenes que aún viven en casa

PARTE IV. «ESTÁ ESCRITO». ALGUNOS ESTUDIOS SOBRE CÓMO EVOLUCIONA EL CARÁCTER
I. Dos chicos campesinos
II. Un genio en la ‘escuela’
III. Pendennis de Bonifacio
IV. El joven Crossjay
V. Mejor que los demás
VI. Un educador moderno

Prefacio

Al editar el primer y el segundo volumen de la Serie educativa, la gran cantidad de nuevo material me obligó a transferir parte considerable de sus contenidos a este volumen, que he titulado «Algunos estudios en la formación del carácter».

Utilizo la frase actual «formación del carácter» porque es, de hecho, común, y por tanto, conveniente; pero, para mostrar que reconozco la falacia que contiene, me atrevo a citar la definición (muy inadecuada) que sigue: «El carácter es la disposición original que ha sido modificada, dirigida, ampliada por la educación, por las circunstancias; y más tarde, por el dominio y el cultivo propio; sobre todo, por la suprema acción del Espíritu Santo, aun cuando esa acción sea poco sospechada y poco solicitada». Es decir, el carácter no es el resultado de un proceso educativo formativo, sino aquellas tendencias inherentes con las que se ha jugado, más o menos incidentalmente, y que dan por resultado el carácter.

Quisiera insistir en que este juego incidental de la educación y las circunstancias sobre la personalidad es nuestro único camino legítimo. No podemos hacer del carácter nuestro objetivo consciente. Proporcionemos a un niño lo que necesita en forma de instrucción, oportunidades y ocupación sana, y su carácter se producirá solo, esto porque los niños normales son personas de buena voluntad, con deseos honestos de pensar y vivir correctamente. Todo lo que podemos hacer además es ayudar a un niño a librarse de algún obstáculo –un mal carácter, por ejemplo– que probablemente arruine su vida. En nuestros intentos de hacer esto, nuestra acción debe, creo, ser muy cautelosa. No podemos interferir en su desarrollo psicológico, porque reconocemos que los niños son personas, y la personalidad debería ser mucho más inviolable a nuestros ojos que la propiedad. Podemos utilizar la enseñanza directa y el mando, pero no la sugestión indirecta, ni siquiera la anticuada «influencia». La influencia actuará, por supuesto, pero no debe ejercerse conscientemente.

Sin embargo, podemos hacer uso de ciertas leyes fisiológicas sin invadir la personalidad, pues, al hacer esto, afectaremos al instrumento y no al agente del instrumento. Las leyes del hábito y, reitero, la tendencia de la fuerza de voluntad a la operación rítmica deberían sernos de utilidad, porque éstas se ven afectadas por las condiciones cerebrales y pertenecen a las consecuencias de la personalidad. Los pequeños estudios de la Parte I indican maneras de ayudar a un niño a curarse de las fastidiosas faltas.

Estoy renuente en cuanto a la Parte IV de este volumen, porque, aunque el público es maravillosamente paciente con los escritores que «adornan el cuento» –la mitad de los libros que leemos son sobre otros libros–, no estoy segura de que exista la misma tolerancia hacia un intento de «señalar la moraleja». Pero, de hecho, leemos con tanta prisa, nos conformamos con impresiones tan leves y generales, que la investigación pausada de las pistas educativas lanzadas por los grandes autores bien podría sernos útil. Si, en los pocos estudios siguientes, el lector no encuentra lo que Wordsworth llama el «comentario auténtico», pues se verá obligado a formular el comentario correcto por sí mismo, y de esa manera logará el mismo fin.

Me gustaría, en este quinto volumen de la serie «Educación en el hogar», reconocer mi deuda con Miss Elsie Kitching por el constante interés que ha puesto en el trabajo y su siempre inteligente colaboración como escribiente.

CHARLOTTE M. MASON.

AMBLESIDE, octubre de 1906.

 

© 2025 Traducción inglés-español Vol. 5 de Serie educativa Charlotte Mason. Todos los derechos reservados Comunidad Educadores Charlotte Mason Iberoamérica.

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