¿Qué tal si el gorrión fuera el único pajarito que pudiéramos observar para estudio de la naturaleza? No aparenta mucho ni es muy llamativo, y existe en grandes cantidades, así que, a veces, se convierte en una molestia. Los niños los observan distraídamente pero eso es todo. Quizás lo ignoramos, para ir a observar «alguna otra especie más interesante». No obstante, Charlotte Mason nos recuerda:

Los niños de la ciudad pueden disfrutar mucho mirando a los gorriones —inteligentes pajaritos, y que se atraen fácilmente con un puñado de migas de pan—, los cuales se convertirán en sus nuevos amigos cuando estén afuera, pero con los gorriones se puede hacer mucho.

Las charlas que escuché este fin de semana de parte de Karen Glass nos recordaban justamente esto. Les comparto mis notas a continuación:

«¿Qué tienes en tu mano?» le preguntó Dios a Moisés cuando éste se resistía a hacer lo que Dios le pedía; se enfocaba tanto en sus carencias que no podía ver el potencial de lo que tenía a la mano. Es, de hecho, una postura mental enfocada en las carencias lo que nos quita el gozo cuando planificamos la educación de nuestros hijos o cuando vemos cómo avanza otra familia, porque independientemente de lo que nos falta (o a pesar de ello), la educación que entregamos sí puede ser especial y vivificadora… quizás sí tenemos suficiente o algo poco que podemos usar, una bendición por la cual estar agradecidos. Por ejemplo:

No necesitamos vivir en el campo para que nuestros hijos accedan a disfrutar la naturaleza diariamente. Podemos ir a una esquina del patio, a un parque público, incluso a un sitio abandonado, y allí descubrir maravillas naturales.

Nuestros hijos no necesitan poseer una copia de anticuario de un clásico literario (aunque ya lo quisiéramos todas). Basta para educar una copia digital o impresa y corcheteada. Logra el mismo propósito.

Qué inmensa ventaja tenemos de ser testigos del progreso educativo de nuestros estudiantes por años; de poder trabajar y promover su mejora donde sea necesario y en el momento exacto, ¡qué bendición que muchas veces se da por sentado!

No obstante, si sentimos alguna carencia real, ya sea personal y académica, aceptémosla como una bendición porque nos mantendrá alerta a depender de Dios en todo momento y también nos dará el regalo de irnos conociendo a nosotros mismos.

¿Qué tenemos en nuestra mano?

  • ¡Acceso directo a nuestro Padre para pedir sabiduría!
  • La posibilidad de trabajar la formación de hábitos para la vida
  • Podemos escoger 1 libro clásico, leerlo digitalmente, como audiolibro, con amigos, etc. no necesitamos una biblioteca para ello
  • Poner atención a 1 cosa en la naturaleza la próxima vez que hagamos una caminata
  • Permitir que el asombro sea parte de nuestra vida esforzándonos para que la educación que realizamos no sea solo utilitaria sino esperanzadora (¡no dejando de lado la música, el arte, y la naturaleza!)

Por otro lado, al decidir educar en casa, generalmente lo primero que se escucha es: «¿qué currículo voy a usar?» Una mejor pregunta es: ¿por qué estoy haciendo esto? o ¿cómo mediremos el éxito de nuestros estudiantes?

Sabemos que los niños poseen una mente y que la mente de cada persona es su medio de vida, pero es mucho  más que eso. Charlotte Mason, Vol. 6.

Como siempre, Miss Charlotte nos anima a ir más allá de las apariencias de nuestro camino educativo y recordar que la mente de los niños es el objetivo supremo al que deseamos llegar no con soluciones o recursos meramente utilitarios sino también como el organimo viviente espiritual que es. Hay un lugar que ella describe como Realms of Gold o reinos dorados hacia donde debemos llevar a los niños, y el mapa lo describe muy claramente cuando dice:

Su educación lo habrá preparado para caminar por estos reinos dorados cuando la historia le propicie sus desfiles; la ciencia, sus maravillas; la literatura, su intimidad; la filosofía, sus divagaciones; la religión, las certezas para toda la humanidad. Charlotte Mason, Vol. 6.

¿Cómo llegar a esto? Algunas ideas:

  • Pensar en forma diferente en el objetivo educativo; abrir la puerta a lo que alimenta la imaginación
  • Aprendiendo de la historia, de hombres y mujeres que para bien o para mal dejaron una marca
  • Observar la naturaleza no superficialmente sino hasta llegar al asombro
  • Usar la literatura para poder viajar a lugares desconocidos, conocer a personas increíbles

Para finalizar, recordar que estos reinos dorados son espaciosos y que se pueden explorar libremente, solo debemos presentarlos a los niños, considerando el principio 12 de que  no tenemos la obligación de enseñar todo a nuestros niños sino abrir la puerta hacia mundo nuevos.

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¡Espero que les hayan gustado estas notas, y que les inspiren y animen a seguir adelante!

En servicio de Jesucristo, por el bien de los niños,
jO